En medio de un operativo sol que se divide entre el control de la juventud y el cumplimiento de las medidas sanitarias, el ministro bonaerense eligió ponerle fin a la polémica.
“Tendría que estar loco para echar a un policía por saludar respetuosamente a una ex autoridad", fueron las palabras del ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Berni.
Luego del saludo del Grupo de Prevención Motorizado (GPM) y la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) hacia la ex ministra de seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, los uniformados hicieron un duro descargo contra ella.
Denunciaron que fueron utilizados políticamente durante una escena que había sido montada en medio de rumores de que serían desafectados de la Fuerza.
Previamente, Bullrich escribió en Twitter: "Metanse conmigo, pero con los que nos cuidan no".
Mientras tanto, propios y ajenos lo tildaron a Berni de "tibio", "inútil", y más agravios por no desafectar a los oficiales. Sin embargo, con sangre fría la jugada de Berni desactivó la estrategia de Bullrich.
Los analistas políticos coinciden en que echar a los uniformados hubiese sido caer en la trampa que le propuso la ex ministra de seguridad que al final del día terminó siendo descalificada por los propios oficiales que participaron del hecho.
"No importa que sea ex ministra, se le debe el mismo respeto que se le debe a un ex presidente”, dijo Berni y agregó para sentenciar la polémica: “No haber saludado, habiendo reconocido su ex función, hubiera sido una falta disciplinaria”.
Berni decidió no tensar aún más la relación con la policía que decidió hacer un paro por un aumento salarial en noviembre que había sido prometido durante la gestión anterior. En ese momento, rodearon la casa rosada y dejaron de patrullar por varios días.
Desde es momento, la labor del ministro de Seguridad bonaerense es recomponer la relación para lograr un mejor accionar de los efectivos.
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