La capital de Afganistán fue atacada por combatientes del Estado Islámico. Además de los mencionados fallecidos hay al menos 31 heridos. Imágenes sensibles.
Combatientes del grupo Estado Islámico (EI) dispararon hoy cohetes a la zona de la capital de Afganistán que alberga embajadas y compañías internacionales, y al menos ocho personas murieron y 31 resultaron heridas, informaron funcionarios.
"Esta mañana, los terroristas dispararon 23 cohetes contra la ciudad de Kabul. Las informaciones preliminares apuntan que ocho personas murieron y otras 31 resultaron heridas", dijo el portavoz del Ministerio de Interior, Tariq Arian.
La embajada de Irán en Kabul anunció en Twitter que su principal sede en la ciudad sufrió daños en las explosiones ocurridas en la llamada Zona Verde, pero que ninguno de sus empleados resultó herido.
Por las redes sociales circulaban fotografías de lo que parecían ser los impactos de los proyectiles en las paredes de un centro médico.
Las explosiones tuvieron lugar en zonas muy densamente pobladas de la capital afgana, la mayoría cercanas a la Zona Verde, un recinto fortificado donde están las sedes diplomáticas y de las grandes empresas y los domicilios de diplomáticos y expatriados.
Responsables gubernamentales acusaron de inmediato a los talibanes, que también negaron rápidamente su responsabilidad, informó la agencia de noticias AFP.
Horas más tarde, el EI se atribuyó los ataques mediante un comunicado en cuentas de la organización yihadista en la aplicación de mensajes Telegram.
Con "28 cohetes Katiusha", los "soldados del califato tomaron por blanco la Zona Verde [...] donde está el edificio de la presidencia afgana, las embajadas de los Estados Cruzados y la sede de las fuerzas [de seguridad] afganas", dijo el comunicado.
El encargado de negocios estadounidense en Kabul, Ross Wilson, condenó el ataque en su cuenta Twitter.
"Estados Unidos seguirá trabajando con sus socios afganos para evitar ese tipo de ataques", dijo.
Los ataques tuvieron lugar antes de los encuentros previstos este sábado en Doha, capital de Qatar, entre el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, los negociadores del Gobierno afgano y los talibanes, a los que verá por separado.
Desde hace meses, Afganistán se vio sacudido por una ola de violencia.
Los talibanes se comprometieron a no atacar zonas urbanas, en virtud de un acuerdo que prevé la retirada de las tropas estadounidenses, pero las autoridades de Kabul acusaron a los insurgentes o a sus seguidores de ataques recientes en la capital.
Esta semana, el Ministerio de Defensa de Estados Unidos anunció la retirada de Afganistán de 2.000 soldados.
En el acuerdo firmado en febrero pasado en Doha por Washington y los talibanes se prevé que las tropas estadounidenses estén fuera de Afganistán a mediados de 2021.
Los negociadores de los talibanes y del Gobierno afgano iniciaron las conversaciones de paz a mediados de septiembre, pero los progresos llegan a cuentagotas.
En los últimos seis meses, los talibanes perpetraron 53 atentados suicidas y provocaron 1.250 explosiones que causaron 1.210 muertos y 2.500 heridos civiles, según cifras del Ministerio de Interior afgano.
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