La mujer que fue detenida el sábado pasado por alterar el orden público. Al detenerla, la oprimieron colocando una rodilla sobre su espalda hasta que perdió el conocimiento.
Con una toma para asfixiar similar a la que usan las fuerzas de seguridad en Estados Unidos, policías mexicanos mataron a una mujer inmigrante salvadoreña en Tulum, un balneario frecuentado por turistas internacionales, lo que desató la ira tanto del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, como de México, Andrés López Obrador.
La mujer que fue detenida el sábado pasado por alterar el orden público, según la versión policial, fue tirada al suelo y uno de los agentes la inmovilizó colocando una rodilla sobre su espalda hasta que murió por asfixia, según pudo verse en videos y fotos que circularon por las redes sociales.
Las autoridades mexicanas informaron que los policías que intervinieron en el suceso se encuentran detenidos y ya declararon.
La víctima, Victoria Esperanza Salazar, de 36 años, estaba en el país gracias a un visado humanitario, informó el diario mexicano Uno más uno, una política impulsada por López Obrador luego de aceptar, bajo amenaza de aranceles comerciales por parte de Estados Unidos, una militarización de la frontera norte de su país.
El crimen de la mujer desató varias reacciones a nivel internacional, entre ellas las del propio Bukele, quien además de exigir a las autoridades mexicanas que apliquen todo el peso de la ley sobre los responsables, dijo que su Gobierno se hará cargo de la manutención y los estudios de las dos hijas de la víctima.
Poco después, el propio presidente mexicano, López Obrador, condenó el accionar de la Policía y lo calificó como un "asesinato".
Salazar "fue sometida por cuatro elementos, fue brutalmente tratada y asesinada. Es un hecho que nos llena de pena, de dolor y de vergüenza", sentenció el mandatario.
"Decir a sus familiares, a las mujeres salvadoreñas, mexicanas, las mujeres del mundo que se va a castigar a todos los responsables, ya están en proceso de ser enjuiciados y no habrá impunidad", agregó.
Este no es el primer caso de abuso policial contra mujeres en Quintana Roo, el estado mexicano en el que se encuentra Tulum, donde en noviembre pasado policías dispararon a un grupo feminista que protestaba contra la impunidad del feminicidio de Alexis, una joven de 20 años.
Ese episodio de violencia policial culminó en la separación del cargo del secretario de Seguridad Pública del estado, Alberto Capella, y del director de la Policía del municipio, Eduardo Santamaría.
Ayer, la Secretaría de Gobernación del Gobierno federal se sumó a los reclamos de justicia por la muerte de la mujer en Tulum.
Las asociaciones feministas compararon lo sucedido con el asesinato del afroestadounidense George Floyd, quien murió asfixiado por la Policía de la ciudad de Minneapolis en mayo de 2020, lo que desató una nueva ola de multitudinarias protestas antirracistas en Estados Unidos.
"La policía en vía pública te mata. Imaginen lo que hace cuando nadie ve", cuestionó la organización Marea Verde México.
Este asesinato, además, coincidió con el primer feminicidio en la historia de Holbox, una isla turística de Quintana Roo, donde el 27 de marzo apareció el cuerpo de una taxista de 29 años identificada como Karla.
México vive crecientes manifestaciones feministas porque en el país asesinan a más de 10 mujeres al día, según ONU Mujeres.
Solo un 30% de la población confía en la Policía, según reportó esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
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