El país lucha frente a un repunte en los contagios. En Argentina ya se entrega una credencial con Código QR para quienes recibieron una dosis.
Las autoridades rusas intentan convencer a la gente de vacunarse contra el COVID-19, incluso regalando comestibles y realizando sorteos de autos y departamentos nuevos.
Ahora, muchos gobiernos regionales del enorme país están obligando a algunos trabajadores a inmunizarse y exigen estar vacunado para entrar a ciertos negocios, como restaurantes
Las autoridades rusas señalan a la actitud relajada de sus ciudadanos hacia las medidas de seguridad y a la creciente prevalencia de variantes más contagiosas, pero quizás el factor más relevante sea la baja tasa de vacunación.
Los expertos dicen que estas cifras se deben a varios factores, como la desconfianza de la población ante la rápida aprobación y desarrollo de la vacuna Sputnik V sumado a constantes campañas de difamación en las redes sociales.
A la luz del repunte actual, al menos 14 regiones rusas —desde Moscú y San Petersburgo a la remota región de Sajalin— determinaron este mes que la vacunación sea obligatoria para empleados de determinados sectores como oficinas gubernamentales, comercios minoristas, atención médica, educación, restaurantes y otras ramas de servicios, como gimnasios y centros de belleza.
En Argentina, la tasa de vacunación crece día a día pero también es cierto que falta registrarse a una considerable parte de la población. De esta manera, se podría barajar tomar las mismas medidas que se pueden constatar con el nuevo comprobante con código QR.
El mismo se puede escanear para comprobar que el asistente al bar o institución recreativa, ya recibió al menos una dosis. ¿Se aplicará?
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